Ataque a los Gasoductos Nord Stream
La mayor fuga de metano registrada y sus consecuencias globales
El 26 de septiembre de 2022, los gasoductos Nord Stream 1 y 2 sufrieron graves daños tras varias explosiones submarinas en el mar Báltico. Estos conductos, fundamentales para el suministro de gas natural desde Rusia a Europa, liberaron aproximadamente 465.000 toneladas métricas de metano (CH₄), el gas de efecto invernadero con mayor potencial de calentamiento global después del dióxido de carbono. Esta fuga ha sido catalogada como la mayor liberación de metano causada por el ser humano, cuadruplicando el récord anterior registrado en Kazajistán en 2023. El impacto ambiental se equipara a las emisiones anuales de ocho millones de automóviles.
Las investigaciones internacionales han confirmado que el daño a los gasoductos fue resultado de un sabotaje, aunque la autoría sigue siendo incierta. En agosto de 2024, informes señalaron la posible implicación de actores ucranianos en la planificación y ejecución del ataque. Se alegó que altos mandos militares y empresarios de Ucrania discutieron el plan en mayo de 2022, y aunque el presidente Volodímir Zelenski fue informado y retiró su apoyo, el plan continuó. Sin embargo, Ucrania ha negado cualquier implicación en estos hechos.
Este acto de sabotaje ha agravado las tensiones geopolíticas en Europa, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia. En respuesta, la OTAN ha intensificado su presencia militar en el mar Báltico con la misión «Baltic Sentry», destinada a proteger infraestructuras submarinas críticas frente a posibles amenazas híbridas.
Además del impacto ambiental, el sabotaje ha generado preocupación por la seguridad energética de Europa, exponiendo la vulnerabilidad de las infraestructuras energéticas ante ataques. Esto ha impulsado el debate sobre la necesidad de acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable y reducir la dependencia del gas ruso.
Las investigaciones continúan para identificar a los responsables de este ataque. Mientras tanto, Europa refuerza sus medidas de seguridad para proteger sus infraestructuras críticas y mitigar los riesgos asociados a conflictos geopolíticos.