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Mazón y Vilaplana, una comida en medio de la tragedia que deja muchas preguntas sin respuesta

El 29 de octubre, mientras la DANA golpeaba con fuerza la Comunidad Valenciana, causando graves inundaciones y pérdidas humanas, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se encontraba en una comida con la periodista Maribel Vilaplana. Este encuentro, que supuestamente tenía como objetivo ofrecerle la dirección de À Punt, se extendió hasta bien entrada la tarde, y ha generado una gran polémica, dejando tras de sí una serie de preguntas sin contestar sobre su gestión y prioridades durante la crisis.

Mazón llegó tarde al Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI), donde se tomaban decisiones clave para gestionar la emergencia. Según fuentes oficiales, el presidente estuvo “plenamente informado” durante todo el día, pero otras versiones indican que su equipo tuvo que detener la reunión para ponerle al corriente de la situación. Entre tanto, la DANA seguía dejando un rastro de destrucción en localidades como Chiva, Aldaia o la comarca de La Ribera.

¿Una comida o una reunión estratégica?

La explicación oficial señala que Mazón y Vilaplana estaban en un almuerzo de trabajo. Sin embargo, el prolongado tiempo que estuvieron incomunicados ha despertado suspicacias. ¿Realmente estaban comiendo durante tantas horas? ¿Qué clase de menú justifica una reunión de tantas horas mientras vidas humanas estaban en peligro?

Además, se ha cuestionado el papel de Vilaplana como periodista y su capacidad para dirigir un medio como À Punt. ¿Cómo pudo no percatarse de la magnitud de la tragedia que sucedía en su entorno? ¿Es este el perfil adecuado para dirigir la radiotelevisión pública valenciana? Estas dudas han llevado a sectores críticos a plantear si los valencianos merecen una dirección en À Punt que parece ignorar emergencias de esta magnitud.

El papel de Maribel Vilaplana bajo la lupa

Vilaplana, conocida por su trayectoria en Canal 9 y su actual papel como portavoz del Levante UD, no ha emitido declaraciones sobre este incidente. Sin embargo, su implicación en esta controversia ha generado dudas sobre su compromiso periodístico. Durante el almuerzo, las calles de Valencia sufrían inundaciones, mientras que la situación en las comarcas más afectadas se tornaba crítica. ¿Cómo es posible que alguien con su trayectoria no estuviera informada de los acontecimientos más graves del día?

Además, los críticos cuestionan la intención de Mazón de nombrarla directora de À Punt en un momento en que la cadena pública necesita liderazgo para cumplir con su misión de servicio público. ¿Está preparada para desempeñar ese papel? ¿Por qué Mazón eligió un día de emergencia climática para tratar este asunto?

La gestión de Mazón en entredicho

Más allá de este encuentro, la gestión de Mazón durante la DANA ha recibido numerosas críticas. Su discurso en Les Corts, que se extendió por más de dos horas, estuvo cargado de contradicciones e intentos de desviar responsabilidades hacia organismos como la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y AEMET. Sin embargo, documentos y comunicaciones oficiales contradicen estas afirmaciones, dejando aún más dudas sobre su papel durante la crisis.

Por otro lado, la excusa del tráfico como causa de su retraso para llegar al CECOPI no ha convencido a la ciudadanía, ya que los trayectos implicados en su desplazamiento eran relativamente cortos y no justificarían horas de ausencia.

Preguntas que aún necesitan respuesta

El episodio ha dejado a los valencianos con más preguntas que respuestas. Entre las más urgentes:

    ¿Seguro que estaban comiendo?

    ¿Qué comían para que el almuerzo se extendiera tantas horas?

    ¿Por qué no aclaran dónde estuvieron durante tanto tiempo incomunicados?

    ¿Cómo es posible que Maribel Vilaplana, como periodista, no estuviera al tanto de la magnitud de la emergencia?

    ¿Es Vilaplana el perfil adecuado para dirigir À Punt?

    ¿Nos merecemos los valencianos una televisión pública dirigida por alguien que parecía ajena a esta tragedia?

Estas preguntas no solo ponen en duda la gestión de la crisis por parte de Mazón, sino también la ética profesional y la idoneidad de Vilaplana para un cargo de tanta responsabilidad. Por ahora, ni el presidente ni la periodista han ofrecido respuestas claras, dejando a la ciudadanía en un mar de incertidumbres.

Tengo más preguntas:

¿Cuánto vino bebieron durante la comida?

¿Solo bebieron vino?

¿Se pusieron hasta el culo?

¿También hubo farlopa?

Raúl Velarde