CINE | MATER AMATÍSIMA
FICHA TÉCNICA
Película española dramática de 1980, de 110 minutos de duración, basada en una historia de Bigas Luna, dirigida por José Antonio Salgot, con guion de Bigas Luna, música de Vangelis, fotografía de Jaume Peracaula, producida por Imatco S.A. y protagonizada por Victoria Abril, Carlos Lucena, Carme Contreras, Consol Tura, Jaume Sorribas y Julito de la Cruz, entre otros actores.
ARGUMENTO
La película trata de una mujer, Clara, que tiene un hijo autista severo, Juan. Conforme el niño crece, precisa tanta atención, que la relación madre-hijo se torna absorbente, hasta el punto de que Clara se va aislando del mundo exterior, para consagrarse al cuidado de su hijo.
LOS PERSONAJES
La película orbita en torno a la relación patológica, que se establece entre una madre, Clara y su hijo autista.
Clara es una joven inteligente e independiente, de profesión ingeniera, que asume la maternidad en solitario. Tras conocer el diagnóstico de su hijo Juan, autismo, no quiere ingresarlo en una institución especializada, optando por dedicarse a su cuidado.
Las necesidades de Juan aumentan con el crecimiento y el interés de la madre en el hijo se vuelve obsesivo.
Clara acaba entrando en el mundo de su hijo y alejándose y aislándose del mundo real, acompañada por las drogas. Este ineluctable proceso de desintegración le llevará a perder su trabajo en la torre Colón, y su pareja actual Ramón.
APUNTES SOBRE AUTISMO
Los trastornos abarcados por el espectro autista (TEA) se caracterizan por deficiencias en la interacción social y por patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Esta sintomatología puede manifestarse en las primeras fases de desarrollo de la persona, presentarse posteriormente, cuando la presión social revela la limitación existente o camuflarse por medio de estrategias aprendidas.
La primera descripción científica de los TEA en 1925 es resultado del trabajo de la psiquiatra infantil soviética Grunia Efimovna Sujareva, pero sus investigaciones fueron olvidadas.
Los estudios científicos del autismo siguieron con la publicación en 1943 del artículo” Autistic disturbances of affective contact” es decir” Trastornos autistas del contacto afectivo” de Leo Kanner. Desafortunadamente distintas circunstancias aplazarían el avance de la investigación hasta bien entrada la década de 1960. Destino similar sufrieron las observaciones de Hans Asperger, publicadas en 1944 y retomadas muchos años después.
Inicialmente considerado un trastorno infantil, actualmente el autismo se considera un cuadro psicológico permanente.
Por lo que respecta al tratamiento las terapias más valoradas, desde el punto de vista científico, son las cognitivo-conductuales, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas autistas.
Otras cuestiones que hay que estudiar son las distintas manifestaciones del TEA en la edad adulta y en las mujeres. Antes se pensaba que la incidencia del TEA es mayor en los hombres, pero esto se atribuye a que los test de detección tienen un sesgo de género masculino.
Hay investigaciones que apuntan a la relación entre la maternidad a edad tardía, concretamente a partir de los 35 años, y el autismo, pero todavía no existen resultados concluyentes.
Algunos estudios revelan un enfoque capacitista, porque al preocuparse por el aumento de los casos, consideran al autismo como una discapacidad o un trastorno y no como una condición u orientación diferente, como un sistema distinto de procesamiento de la información con potencialidades interesantes.
Una interpretación capacitista, por ejemplo, fue la seguida por las corrientes principales del psicoanálisis, que atribuían al autismo un origen psicogenético, o sea que estaba provocado por la frialdad de la figura materna. Esta tendencia culminó en la década de los 60 del siglo XX con el psicoanalista y psicólogo Bruno Bettelheim, que ideo el término de “madre nevera”.
Sin embargo, para Ramón Cererols, autor del libro “Descubrir el Asperger”, la frialdad de la madre revelaría más bien síntomas de autismo en la propia persona de la madre. Entre los años 50 y 70 del siglo XX se responsabilizaba al comportamiento de los padres con los hijos, del autismo, por la carencia de apego, cariño y atención del padre-madre “nevera”. Estas teorías están descartadas hoy en día.
Otras causas propuestas, como las vacunas, han sido rechazadas por estudios científicos.
El periodista Thierry Meyssan, en el artículo” Francia ante el cambio de era”, manifiesta que urge cambiar la acción política, para adaptarla a una sociedad, en la que la economía no se basa en la industria, como en el pasado, sino en la informática. Meyssan explica que estamos asistiendo a una transición hacia la sociedad informatizada.
Ramón Cererols, autor del libro “Descubrir el Asperger”, atribuye el incremento de casos de TEA, indicado por las estadísticas, no solo a la mejora del diagnóstico o a la ampliación del espectro autista, sino también a un aumento real por mutaciones. En este caso, Ramón Cererols, señala, que esto podría ser el indicio de un cambio evolutivo, para adaptar al ser humano a un contexto cada vez más tecnológico, dominado por la informática, es decir el tipo de entorno que entiende más un TEA, que un neurotípico o no autista.
Actualmente entre las causas del TEA se baraja la combinación entre una predisposición genética heredable y factores ambientales, que actúan durante la formación del embrión.
Las tendencias de la psicología moderna consideran al autismo cono una condición, como expresión de una estructura cerebral particular y no como una enfermedad o trastorno o discapacidad, enlazando con el movimiento de la neurodiversidad, movimiento social que aboga por los derechos de las personas con diversidad funcional. En este sentido, el movimiento de la neurodiversidad propone cambios en la terminología, adoptando vocablos no patologizadores, como neurotípico en lugar de “normal”, “neurodiversidad”, en lugar de enfermedad o trastorno y “neurodivergente”, en lugar de “anormal”.
Entre las reivindicaciones de este colectivo están: luchar contra la institucionalización o sea el ingreso en centros médicos, de autistas en contra de su voluntad, solicitar tolerancia para el autismo, eliminar el uso peyorativo del término autista, luchar contra las políticas eugenésicas, que pretenden eliminar el genotipo autista mediante pruebas genéticas prenatales y abortos, la lucha contra el maltrato a autistas….
SINOPSIS
Este intenso drama está centrado en el proceso de autodestrucción de una joven madre, Clara, durante los primeros años 80 del siglo XX, como resultado de su total involucración en el cuidado obsesivo de su hijo autista, Juan, interpretado por un menor autista. Clara, presa de la programación “natural” y especialmente” cultural” de ser madre, solo cuenta con el parco apoyo de su madre, ya que el padre de Clara está centrado en su afición: la elaboración de maquetas de barcos a vela.
Clara también se topa con el muro de la psiquiatría del momento, que se enfrentaba al reto del autismo con el rudimentario y cruel electroshock y el ingreso en un centro especializado y también deshumanizado. Esto revelaba el desconocimiento hacia el autismo de aquella época.
Este film también refleja la falta de implicación de la sociedad de aquel tiempo, con el reto que representaba entonces el autismo. Hay que insistir en el hecho de que el autismo representaba un problema entonces por el desconocimiento, que había sobre el tema y porque no se orquestaban los medios necesarios, para adaptar los métodos educativos y los puestos de trabajo para las personas con la condición de autismo, que, como se sabe actualmente, tienen un sistema diferente de procesamiento de la información. Estas personas, con el apoyo necesario, pueden convertirse en útiles y valiosas para la sociedad y aportar unas competencias y potencialidades, que no ofrecen los neurotípicos o no autistas.
En el tiempo en que se desarrollaba la acción de la película, los primeros años 80 del siglo XX, en lo que concierne al autismo, la psiquiatría y la psicología se encontraban en una fase muy incipiente. En el contexto actual han avanzado las citadas disciplinas y ha mejorado sustancialmente el tratamiento que reciben estos pacientes.
Ahora el autismo no se considera ni enfermedad, ni trastorno, sino una condición, que refleja una estructura cerebral especial con un sistema diferente de procesar la información.
Hay que entrar en el mundo de la persona autista, hay que establecer puentes entre lo que se considera normal, que es simplemente lo que más abunda y las personas dentro del espectro autista. No hay que dejar a nadie atrás y no solo por consideraciones humanitarias, sino también para que nadie se convierta en una carga para la sociedad.
El desafío es conseguir que el resto de la sociedad se beneficie de las capacidades y competencias, que ofrecen las personas en el espectro autista y de las que carecen los neurotípicos o no autistas.
Las complicadas relaciones entre una madre y su hijo autista constituyen el punto de partida de una película densa, impregnada de una atmósfera obsesiva y cerrada, donde se explora la peculiar relación, a través de un ritmo pausado, que no distrae del foco de interés. Al empezar la película, durante los créditos iniciales, se desgranan metáforas visuales del autismo, como un barco de carga varado en el mar y un avión que aterriza de noche, acompañadas por la lapidaria frase “Desde aquel instante supe, que había nacido desconectado”.
Al final esta dura película rinde homenaje al menor autista Julito de la Cruz, que es el que interpreta a Juan y a la propia hermana del director, que presenta la misma condición.
Victoria abril tras su personaje de “La muchacha de las bragas de oro”, sorprende con su trabajo en el rol de joven madre, Clara, mientras Julito de la Cruz, niño autista de verdad, interpreta con solvencia y verosimilitud a Juan. La película refleja el punto de vista de la madre, es decir, la percepción de Clara de la situación.
Esta dura película explota una puesta en escena basada en la contraposición de planos muy fríos y planos muy intensos, en un uso vanguardista del sonido, potenciado con la espectacular banda sonora de Vangelis y en un excelente montaje, con el fin de plasmar en imágenes una visión real del autismo, sin refugiarse en el melodrama fácil de superación.
Salgot se supera a sí mismo, con esta dura y emotiva película, rodada en Barcelona, sobre el amor que desprende una madre, la fortaleza para cuidar a su hijo y el brutal desenlace, inspirado también por amor, que emparenta a esta película con “Amour” de Michael Haneke. El poder de creación y el poder de destrucción pueden ir de la mano.
Crónica: Beatriz Recio Inés
TRAILER
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