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CINE | TECHO Y COMIDA

Película española dramática de 2015, de  90 minutos de duración, dirigida por el director Juan Miguel del Castillo, con guion del mismo Juan Miguel del Castillo, música de Miguel Carabante, Daniel Quiñones  y Diego Pozo, fotografía de Manuel Montero y Rodrigo Rezende, producida por   Diversa Audiovisual y crowfounding  y protagonizada por Natalia de Molina, Mariana Cordero, Mercedes Hoyos y Gaspar Campuzano entre otros actores. Ha logrado los siguientes premios en el Festival de Málaga: la Biznaga de plata de mejor actriz para Natalia de Molina y el Premio del Público.

ARGUMENTO

La película  trata de Rocío, madre soltera desempleada, que reside en una vivienda de alquiler en Jerez de la Frontera en 2012. No percibe ningún tipo de ayuda del Estado y carece de familiares o amistades, a las que poder recurrir. La amenaza del desahucio, cual espada de Damocles, se cierne sobre ella y su hijo de 8 años, Adrián, por el gran retraso en el pago del alquiler del piso.

LOS PERSONAJES

La película orbita en torno a Rocío, que tiene que hacerse cargo ella sola de su hijo de 8 años, Adrián y que no logra encontrar un trabajo, que le permita afrontar los gastos de vivienda y alimentación de ambos. Intenta esconder la situación de precariedad económica por varios motivos, entre los que se entrecruzan la vergüenza y el temor a que la Administración le retire la tutela de su hijo, para protegerlo de la vulnerabilidad en la que se encuentra.

El retraso en el pago del alquiler aumenta, por lo que sufre en silencio las amenazas de desalojo de la vivienda por parte del dueño de la misma. Carece igualmente de capacidad económica, para hacer frente a los gastos de luz y agua, por lo que se ve obligada cuando le cortan el agua a abastecerse en las fuentes públicas. Sobrevive a malas penas a base de trabajos esporádicos mal pagados, como la distribución de propaganda o la venta ocasional en el top manta de objetos encontrados en vertederos o de restos de comida, hallados en los contenedores de basura e incluso de pequeños hurtos en el supermercado. Rocío simboliza a muchos  ciudadanos que para acceder a bienes básicos como vivienda y trabajo, garantizados por la Constitución Española, tienen que recurrir a la picaresca, porque la asistencia a nivel instituciona, como es notorio, es insuficiente o inexistente.

En España durante ese escenario de  crisis global de gran magnitud, la de 2008, con millones de personas desempleadas, no se produjo un  estallido social, porque la mayoría de los ciudadanos sin trabajo sobrevivieron con la ayuda de familiares y amigos cercanos y no con subvenciones públicas, que es de dominio público que están muy recortadas y que tardan en abonarse más tiempo del que sería oportuno.

Rocío recibe el  desinteresado apoyo de una vecina, María, única que puede permitirse ser bondadosa y caritativa, porque el resto de los vecinos, sumidos en sus propios problemas económicos, no quieren o no pueden ver la complicada situación de Rocío.

Pese a la ayuda en comida y bienes de la solidaria y  amable María, vecina que ayuda, sin hacer preguntas violentas y sin esperar nada a cambio, la espiral de la miseria engulle a Rocío rápidamente. Como consecuencia, Adrián, su hijo de 8 años, acaba presentando problemas de desnutrición.

Adrián se ve obligado a asumir responsabilidades, que no son propias de su edad, como tranquilizar a su madre, cuando ésta se desestabiliza mentalmente o despertarla, cuando ésta le tiene que llevar al colegio.

Alfonso, el casero, tiene sus propias razones, para expulsar a María y a su hijo Adrián de la vivienda, porque precisa el dinero del alquiler, con el fin de ayudar a su hijo, que ha perdido el trabajo.

MARCO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO

La acción de la película tiene lugar en 2012, en Jerez de la Frontera, segunda ciudad española con más paro y en una barrio humilde del extrarradio de ese municipio, concretamente el rodaje se desarrolló en la barriada de la Granja en Jerez, Cádiz. Este marco geográfico e histórico, la España en pleno apogeo de la crisis económica, es el telón de fondo de las vicisitudes atravesadas por esta joven madre soltera, abrumada por las deudas y sin  trabajo estable, desde hace más de 3 años, ni ayudas o subsidios ni estatales, ni familiares, ni de amistades.

Adrián, el hijo de Rocío, encarna a los popularmente conocidos como “hijos de la crisis”, menores nacidos o criados durante la recesión económica, distinguiéndose por tanto de la generación anterior, llamados millennials. Los niños de la crisis integran, según estudiosos del tema, un tipo de generación denominada generación Z, cuya  percepción de la realidad está determinada por la escasez, por lo que se diferencian claramente de los millennials, acostumbrados a la abundancia y al derroche.

Otro tema relevante que se aborda en la película es la necesidad de la vivienda, como bien  social básico. La vivienda es un derecho fundamental, reconocido por la Constitución española de 1978, aún vigente, la cual en el artículo 47, afirma que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.”

Este derecho a la vivienda está amenazado por la dinámica del sistema económico capitalista, en el que el nuevo contexto es la gentrificación, resultado de  la depauperización  de las clases medias, que van desplazándose del centro, cada vez más caro, al extrarradio, sustituyendo  a su vez a los habitantes originales, de capas sociales más modestas. El centro concretamente en las ciudades españolas se está convirtiendo en emplazamiento de pisos turísticos.

En el panorama en España, actualmente, las dificultades para conseguir una vivienda repercuten en la economía del país, al afectar aspectos como la emancipación juvenil, la movilidad laboral y la integración social. Además el problema para acceder a una vivienda legalmente, ha desencadenado el aumento de la “ocupación” ilegal.

Según la Unión Europea el mercado inmobiliario en España está sobrevalorado un 20 %, ya que según los técnicos de la Comisión Europea, los precios de las viviendas no se corresponden con los ingresos de la población, condicionados por los salarios. La tendencia alcista de los precios de la vivienda está causada por la escasa oferta, la elevada demanda y el alto coste de construcción. Una de las causas de la sobrevaloración y del aumento de la demanda en España es la gran perspectiva de inversión inmobiliaria. Porque poseer un inmueble en España es muy lucrativo, especialmente en los centros urbanos y en las zonas costeras, donde la rentabilidad de los alquileres a corto plazo es muy elevada por la presión del sector turístico. Los datos recabados ilustran la consideración de buen año inmobiliario de 2023, debido a los beneficios de los inversores. Según estimaciones de Funcas, 6 de cada 10 compraventas se hacen sin hipoteca, lo que revela el desequilibrio en la compra de vivienda entre inversores y familias. Debido a la grave situación de escasez de oferta de vivienda en España  y en aras del interés colectivo, los poderes públicos deben asumir el espíritu constitucional, priorizando el uso del inmueble para vivienda habitual.

Por la repercusión  del sector turístico en el mercado inmobiliario en el momento presente la Comunidad Autónoma más cara para comprar vivienda es Baleares, (3.987 euros/m2), seguida por la Comunidad de Madrid (3.139 euros/m2), País Vasco(2.844 euros/m2) y Cataluña(2.345 euros/m2). Las más económicas  son Castilla-La Mancha (907 euros/m2), Extremadura (943 euros/m2) y Castilla y León (1.156 euros/m2).

Según el informe “Prevención y atención de la exclusión residencial: Factores explicativos”, financiado por la Dirección General de Diversidad Familiar y Servicios Sociales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, la subida de los precios de la vivienda  y la pérdida de poder adquisitivo, resultado de un panorama inflacionista, está empobreciendo  muchos hogares. Este estudio prueba que el sistema económico capitalista, regulado por la economía de libre mercado, no permite que la mayor parte de la población satisfaga necesidades básicas como la vivienda, originando el empobrecimiento y el empeoramiento de las condiciones de vida de muchas familias. De acuerdo con el informe de la plataforma idealista.com, durante 2023 el porcentaje promedio de los ingresos del hogar destinados al acceso a la vivienda  se incrementó hasta el 22% , en el caso de la compra, mientras aumentó hasta el 33%, por lo que respecta al alquiler. El alza de los precios de compra se explica, en parte, por el encarecimiento de los costes financieros para las hipotecas, por la subida de tipos de interés. Sin embargo los propietarios con hipoteca a tipo de interés variable, pueden asistir  a una paulatina bajada del coste de su préstamo durante 2024.

La ley de Vivienda más reciente implementaba medidas complejas y difíciles de aplicar, como los límites a los precios del alquiler, cuyos efectos, salvo excepciones, fueron contraproducentes, puesto que causaron la retirada de viviendas del mercado para arrendamiento, agravando el problema de escasez de oferta de vivienda.

No hay que olvidar tampoco que en la crónica negra, el fenómeno del suicidio, guarda una sospechosa relación con el desahucio de la vivienda habitual.

La solución pasa por aumentar la oferta de vivienda, desde el ámbito privado y también desde el público, incrementando el parque público de viviendas, actualmente insuficiente para responder a las necesidades de la población, porque el Estado Español solo posee en torno a un 3% de la vivienda. Por el bien general debe materializarse el contenido, relacionado con la vivienda, de nuestra Carta Magna.

Desde la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, se intenta paliar esta dramática situación, que afecta a muchas personas, ofreciendo ayudas  destinadas a la vivienda como:  el bono joven de alquiler, el plan estatal para el acceso a la vivienda 2022-2025, ayudas al alquiler de vivienda, ayudas a la compra de viviendas para jóvenes en municipios pequeños y/o en riesgo de despoblamiento o ayudas directas para solución habitacional de urgencia, entre otras. Para más información hay que dirigirse al enlace siguiente:

https://habitatge.gva.es/es/ajudes

SINOPSIS

Este rotundo drama social se centra en las consecuencias de la crisis económica del 2008, de Estados Unidos, que por el efecto dominó de la globalización se extendió a escala internacional, afectando a muchos hogares. Esta valiente película, que tiene la clara intención de mostrar y denunciar las situaciones ocurridas durante la crisis a personas de extracción social humilde, que fueron las más afectadas por la citada recesión, sitúa la acción dramática en Jerez de la Frontera, una de las ciudades españolas más castigadas por la crisis, ahondando en una crítica social y política. Este valor documental se enfatiza  mediante los títulos de crédito finales, que exponen datos alarmantes del año 2012.

Este tema, de gran calado social, nunca será demasiado tratado en el campo cinematográfico, porque la mayor parte de los espectadores se decanta por un cine de entretenimiento, que lo evada de los problemas cotidianos. Esta actitud que traduce, en ocasiones, la ausencia de empatía por las dificultades del vecino, queda reflejada en la escena, en la que los protagonistas se quiebran, cuando Rocío comunica a su hijo el desahucio inminente, al mismo tiempo que el gentío celebra eufórico la victoria de la selección nacional de fútbol.

Este simbolismo se recalca con la escena final del niño, sumamente decepcionado, despojándose de su camiseta  de la selección nacional de  fútbol, que coincide con el fundido en negro y el sonido del cambio de cerradura de la puerta de la vivienda de la que han sido expulsados madre e hijo.

Entre los directores españoles interesados por el cine social destacan también Luis Buñuel, por “Los olvidados” de 1950, Luis García Berlanga, por “Plácido” de 1961, Enrique Gabriel, por “En la puta calle” de 1997 y Benito Zambrano, por “Solas” de 1999. En cuanto a los cineastas foráneos son dignos de mención Ken Loach y los hermanos Dardenne.

Esta película de factura sobria y de tono documental, desarrolla una puesta en escena muy realista, con largos planos en los que se suceden las adversidades de Rocío, encarnada por una soberbia Natalia de Molina, que con su presencia inunda la pantalla y es capaz de transmitir con un único gesto, el drama que está viviendo. Esta impagable interpretación  está basada en la mirada y en la posición de un cuerpo cada vez más retraído, que expresa la indefensión de la protagonista. Esta singular actuación, responsable en gran parte del acierto de esta película, ha supuesto para  la actriz su nominación en los Goya como Mejor Actriz Protagonista.

Cumple también como el personaje Adrián, Jaime López, seleccionado en un casting entre 150 niños de Jerez de la Frontera, interpretando con soltura la complicidad de Adrián con su madre. También transmite credibilidad Mariana Cordero, como la bondadosa vecina María.

Rocío intenta esconder su situación de severa vulnerabilidad económica por vergüenza y para evitar que la Administración le retire la custodia de su hijo. Aunque la  Administración asume la tutela del niño en interés del menor, pienso que la Administración  debería mejorar las condiciones de vida de estas familias, para que padres e hijos no tuvieran que encarar una separación tan dolorosa. Los ciudadanos quedan así abandonados a su suerte por las instituciones, mientras se rescata a los bancos, como se señala en los títulos de crédito finales.

Esta película  minimalista y contenida, carece de subrayados dramáticos y sentimentales, porque no los necesita, ya que la situación mostrada es ya de por sí dramática. En este sentido no cuenta con banda sonora durante el desarrollo de la acción dramática, posiblemente para evitar los citados subrayados. Sin embargo su presencia al final, es acertada. Tampoco hay flash back que revelen datos de esta  mujer sin pasado y sin futuro, que no tiene más que a su hijo.

El final de la película, realista y  sin ningún atisbo de esperanza, muestra a una  Rocío vencida, abandonando la vivienda, acompañada de su hijo, enfilando un camino poco transitado, donde se acumulan las inmundicias, que refleja la precariedad en la que ambos se encuentran.

Crónica: Beatriz Recio Inés

TRAILER