La Policía Nacional informa acerca de dos servicios humanitarios llevados a cabo en las ciudades de Benidorm y Alicante.
En Benidorm.
El pasado día 27 de marzo, un agente de la Policía Nacional en Benidorm se convirtió en el “Ángel de la Guarda” de una menor de origen ucraniano.
Siendo las 22:20 horas de la noche cuando nuestro agente regresaba de realizar su servicio de tarde en los radios patrullas y de camino a su domicilio, se encontró a una menor 12 años tendida en la acera a escasos metros de la carretera donde transitaban un gran número de vehículos a gran velocidad. El Policía Nacional paró a ver qué es lo que le sucedía a la menor y tras ganarse su confianza logró que esta le revelara sus intenciones autolíticas lanzándose a los coches en marcha, hecho que hubiera llevado a cabo si no fuera por la oportuna actuación del agente, según manifestaba esta.
Fue desde entonces cuando el agente consiguió que la menor se sincerara con él hasta el punto de contarle que sufría depresión desde hacía varios meses y que atravesaba por desavenencias familiares.
Tras largos minutos de diálogo, la menor consintió ser trasladada primeramente a un Centro de Salud de la ciudad de Benidorm y posteriormente a su domicilio, siempre con la condición de ser acompañada por nuestro agente de la Policía Nacional, el cual no se separó de ella hasta que la menor estuvo a salvo con sus tutores legales.
En Alicante. –
Por otro lado, agentes de la Policía Nacional en Alicante consiguen encontrar un techo donde dormir a una familia de origen ucraniano.
El pasado día 9 de abril, sobre las 2:30 horas y mientras patrullaban la ciudad de Alicante, dos policías Nacionales observaron desde el vehículo policial un carricoche de bebé en la playa del Postiguet, el cual se encontraba en medio de la arena lo que les extrañó, decidiendo averiguar si dicho carrito estaba ocupado.
Al acercarse observaron no solo que en el carricoche había un niño de 3 años de edad, sino que junto a este se encontraba su hermano de 7 años y los padres de estos, todos ellos de origen ucraniano. Los cuatro trataban de dormir, siendo algo difícil puesto que temblaban de frío.
Fue entonces cuando los dos agentes se despojaron de sus chaquetas operativas y se las pusieron a los menores para que dejaran de temblar, entrevistándose con los padres quienes manifestaban que no tenían dinero por lo que no habían podido conseguir un techo donde dormir.
Desde ese momento, los agentes se ponen en contacto con nuestra Sala 091- CIMACC informando de lo sucedido y manifestando buscar una solución ya que no piensan dejar a la familia durmiendo en la calle, manifestando a la Sala 091 que de ser necesario ellos pagarían la pensión de esta familia.
Finalmente, mediante la sala del CIMACC se consigue un alojamiento en una pensión alicantina para que esta familia necesitada pueda dormir unos días hasta que encuentre otra solución.
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