CINE | MALAS MADRES

Película de 2016, dirigida por Jon Lucas y Scott Moore e interpretada entre otros actores por  Mila Kunis, Kathryn Hahn y Kristen Bell.

Esta comedia trata de 3 mujeres, madres de familia: Amy, Kiki y Carla, miembros del AMPA del instituto donde estudian sus hijos. Cansadas de lidiar con el desafío laboral y con los problemas familiares, agravados por la falta de implicación de sus parejas respectivas en las tareas domésticas y en  la crianza de la prole, deciden embarcarse en una aventura de liberación de la rutina cotidiana a través de la juerga.

En la película sobresalen 4 personajes  femeninos: Amy, casada, con 2 hijos, sexy y moderna, que trabaja en una empresa de publicidad, con un marido despreocupado, Carla, madre soltera con un hijo a cargo, alcohólica, promiscua, pasota, trabaja en un spa  y  Kiki, modosa, sumisa, aparentemente feliz como esposa y madre de 4 hijos pese a tener un marido ultracontrolador y prepotente y carecer de aspiraciones y de vida social. Gwendoline, la presidenta del AMPA, personifica  la imagen tradicional de esposa y madre.

“Malas madres”, aborda el tema de la dificultad, para las mujeres, de conciliar familia y trabajo en los tiempos actuales. Este debate, familia versus trabajo, se plasma desde el punto de vista humorístico de una comedia provocadora y gamberra, que acusa la influencia de “Resacón en las Vegas”.

También se introduce el tema de la rebelión femenina frente al rol tradicional, que considera a la mujer como  la única depositaria de los valores domésticos.

Hay que incidir en el hecho de que, si bien las leyes han permitido el acceso de la mujer al mercado laboral, no han alterado el rol femenino en el ámbito doméstico y familiar.

La reproducción, indispensable para el reemplazo en los puestos de trabajo, para el mantenimiento del sistema de pensiones y/o la atención a los mayores, o sea, necesaria para la supervivencia de la misma sociedad, es penalizada, ya que lastra la proyección profesional femenina.

La mayoría de los gobiernos no implementan políticas de conciliación familiar  o aun cuando las contemplen en la legislación, como es el caso de España, no fiscalizan su cumplimiento por parte de las empresas, lo que explica el hecho de que muchas mujeres, ante la perspectiva de ver truncadas sus ambiciones profesionales, disminuyan el número de vástagos e incluso opten por renunciar a la maternidad, lo que, en conjunción con otros factores, desencadena la baja tasa de natalidad en los países desarrollados.

Por otra parte no se observa, generalmente, en los varones, el cambio de mentalidad, más acorde con los tiempos y con los cambios sociales, que sería deseable.Los hombres, en su mayoría, continúan aferrados a los valores tradicionales, no compartiendo ni las tareas domésticas, ni la educación de los hijos.

Las heroínas  que deciden compatibilizar trabajo y familia, se enfrentan, por tanto, a una dura carrera jalonada de obstáculos.

Para terminar, procede reflexionar sobre el instinto maternal, continuamente invocado por la cultura patriarcal, para mantener a la mujer anclada en el hogar mientras raramente se habla de la responsabilidad masculina en el cuidado de la progenie.

Crónica: Beatriz Recio Inés

TRAILER