LOS JÓVENES FLAMENCOS NACIDOS EN TORREVIEJA COMIENZAN A DISPERSARSE
Los jóvenes flamencos nacidos este año en la enorme colonia de cría de la laguna de Torrevieja, que llegó a reunir alrededor de 4.500 parejas, comienzan a dispersarse, algunos de ellos ya los hemos visto en El Hondo y en las salinas de Santa Pola.
Dentro de unos pocos días los humedales sudalicantinos acogerán a una parte de los más de 4.000 pollos que nutrían la guardería de la colonia hasta hace unos días, algunos seguirán camino hacia otros humedales mediterráneos que les ofrezcan alimento y tranquilidad. Además algunos inexpertos llegarán a sitios insospechados para los flamencos, en mayor cantidad que otros años.
El ciclo reproductor llega a su fin y los jóvenes flamencos inician la vida nómada que caracteriza a la especie, que al contrario que la mayor parte de las aves migratorias no presenta un patrón de movimientos vinculado con las estaciones del año, viviendo en un continuo vagabundeo entre los humedales del Mediterráneo occidental.
Esperamos que podamos disfrutar en los próximos años del espectáculo de la reproducción del flamenco, aunque el reciente proyecto presentado por la Generalitat Valenciana de realizar infraestructuras para desviar la mayor parte de las aguas pluviales de la cuenca vertiente de la laguna de Torrevieja, podría acabar con la nidificación de la especie en este gran humedal.
Los periódicos aportes de agua de lluvia durante episodios de intensas precipitaciones, diluye la salinidad del agua de la laguna y permite que los quistes (huevos) de artemia salina eclosionen de forma masiva, proporcionando una ingente cantidad de alimento a flamencos, zampullines cuellinegros, gaviotas picofinas, tarros blancos y demás especies vinculadas a medios acuáticos salinos, a los que este pequeño crustáceo sirve de principal fuente de alimento. Sin estos aportes de agua de lluvia la salinidad se mantendrá demasiado alta para permitir la eclosión de la artemia y repercutirá en la presencia de estas especies en la laguna de Torrevieja.
Texto y fotografías de Sergio Arroyo Morcillo
Fuente.: AHSA
Debe estar conectado para enviar un comentario.