La Policía Nacional ha detenido a un empresario alicantino que trató de ocultar el accidente laboral con lesiones graves de un empleado sin contrato
- La víctima, que trabajaba para el empresario sin contrato alguno, sufrió una caída desde tres metros de altura con fractura vertebral y lesión medular
- El empresario detenido, durante el traslado al hospital quiso convencer a su empleado para que dijese que había sufrido un accidente doméstico
- Se le imputó un delito contra la seguridad de los trabajadores y otro delito de lesiones graves por imprudencia, deteniéndose también a su pareja sentimental como captadora de trabajadores
04-julio-2022.- Agentes de la Policía Nacional han detenido al propietario de una empresa de instalación de conductos y aparatos de aire acondicionado, por intentar enmascarar el accidente laboral de un empleado a quien no tenía dado de alta en la Seguridad Social, cuando éste sufrió una caída de la escalera donde estaba subido a tres metros de altura mientras que instalaba unos conductos en un taller, que le ocasionó fractura vertebral con lesión medular, intentando convencerle de que dijese que había sido fruto de un accidente doméstico.
La víctima del suceso, se trata de un varón de nacionalidad venezolana de 22 años de edad, quien trabajaba sin estar dado de alta para un empresario que regentaba una empresa de instalación de conductos y aparatos de aire acondicionado, donde llevaba a cabo jornadas de trabajo de hasta nueve horas diarias, de lunes a viernes, comprendiendo trabajos algunos sábados también, percibiendo por ello tan solo 180 euros semanales.
Una de esas maratonianas jornadas de trabajo, se encontraba sólo realizando la instalación de unos conductos de aire acondicionado en un taller cerrado al público, a tres metros de altura subido a una escalera, cuando sufrió una aparatosa caída que hizo que su cuerpo impactase contra el suelo encima de la misma escalera.
El lesionado operario, al no poder moverse ni disponer en ese momento de su teléfono, comenzó a gritar pidiendo auxilio a sabiendas de que estaba sólo, llegando minutos más tarde su jefe, quien le ayudó a incorporarse para trasladarle en su propia furgoneta al hospital. Sin embargo, como la víctima no podía caminar, tuvo que cogerle en brazos para introducirle en el vehículo.
De camino al hospital, el empresario convenció a su empleado para que a la llegada al hospital dijese que se había caído en su domicilio mientras colgaba un televisor, puesto que si no lo hacía así podría tener problemas con extranjería, para lo cual, antes incluso de trasladarle al hospital, hizo que fueran al domicilio del accidentado a recoger su pasaporte.
La víctima finalmente, cuando llegó al hospital contó a los sanitarios la versión argüida por su jefe, quien posteriormente llamó al compañero de piso de la víctima para informarle del accidente, quien más tarde recibió también una llamada del hospital manifestándole que su amigo estaba grave y que lo tenían que intervenir de urgencia.
Cuando llegó al hospital le dijeron que debían pagar los gastos sanitarios por lo que llamó al jefe de su amigo, quien le dijo inicialmente que ya estaba todo hablado, que se haría cargo de todo y que iría en dos horas al hospital, no llegando a presentarse en ningún momento y no volviendo a tener más noticias de él. Esto hizo que la víctima al final contase a su amigo la fiel versión de los hechos, pidiéndole que llamase a la Policía.
Cuando agentes de la Policía Nacional se personaron en el lugar y tuvieron conocimiento de todo, comunicaron lo ocurrido al Grupo de Delincuencia Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Alicante, quienes se hicieron cargo de la investigación del suceso.
Tras obtener todos los datos, los agentes investigadores, pudieron determinar que, el empresario, concretamente su pareja también detenida por este asunto, solía captar a través de redes sociales, a trabajadores extranjeros de su empresa, aprovechando su condición irregular para pagarles un paupérrimo salario de 30 euros diarios y, con escasa preparación, hacerles trabajar jornadas de hasta nueve horas diarias, sin ningún tipo de protección individual de riesgos laborales.
Así las cosas, la víctima llevaba trabajando sólo dos meses para el detenido, a pesar de lo cual ya le dejaba sólo realizando instalaciones en ausencia de medios de protección laboral.
De este modo fue cómo los investigadores, que contaron con la colaboración de la Inspección de Trabajo de Alicante, que certificaron que el empresario carecía incluso de cualquier tipo de licencia que le faculte para realizar instalaciones de aparatos de refrigeración, obtuvieron los indicios necesarios para detenerle, siendo también detenida su pareja, quien hacía de captadora de trabajadores del modo antes precitado, al ser conocedora de la condición de irregularidad de los empleados.
Los detenidos, hombre y mujer, de nacionalidad española y colombiana, de 40 y 32 años de edad, fueron acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores y por un delito de lesiones graves por imprudencia.