El Consell apoya el desarrollo de nuevas mascarillas y pantallas con aditivos naturales que protegen contra virus y bacterias
– El proyecto DOTMASK explora nuevos recubrimientos y plásticos obtenidos a partir de extractos botánicos aplicables a equipos de protección individual
– La empresa Lamberti coordina el equipo de trabajo, en el que participa Airnatech, ADM Biópolis, el instituto tecnológico del plástico, Aimplas, y el IIS La Fe
La Generalitat, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), financia el desarrollo de mascarillas y pantallas faciales dotadas con propiedades antimicrobianas capaces de prevenir infecciones y contagios por virus y bacterias, incluso de aquellas resistentes a los fármacos. Para ello se están explorando nuevos recubrimientos y plásticos obtenidos a partir de extractos botánicos que mejoran los atributos de los actuales equipos de protección individual (EPI).
La iniciativa, bautizada como DOTMASK, es uno de los proyectos estratégicos en cooperación que ha respaldado la Agència en el marco de su última convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva. Está coordinada por la empresa química Lamberti y cuenta con la participación del Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas; el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe de València, la biotecnológica ADM Biópolis y la firma fabricante de mascarillas Airnatech.
El desarrollo de materiales con capacidad antibacteriana y viricida responde a la necesidad de reducir la incidencia de contagios provocados por patógenos como el de la COVID-19, que, con frecuencia, se transmiten principalmente por vía aérea. Los virus y bacterias resultan especialmente peligrosos en entornos hospitalarios, donde es más habitual que estos microorganismos adquieran resistencia a los fármacos.
Hasta ahora, los recubrimientos diseñados como medida pasiva de protección empleaban aditivos inorgánicos basados en metales. Sin embargo, esta composición presenta algunos inconvenientes, como su propensión a la corrosión en determinados ambientes, o la posible liberación de iones activos, lo que ha abierto un debate sobre su potencial toxicidad.
Las sustancias extraídas de plantas mantienen, en cambio, estas mismas propiedades bactericidas y viricidas, con la ventaja de que, al tratarse de compuestos de origen natural, presentan un menor riesgo de efectos secundarios, alergias o toxicidad, tanto para la persona usuaria como para el medio ambiente.
Precisamente en esta dirección, el proyecto DOTMASK está desarrollando materiales basados en compuestos fenólicos de origen natural, cuya actividad antimicrobiana se ha comprobado muy elevada, con el objetivo de integrarlos en equipos de protección individual (EPI). De este modo, se pretende lograr una protección altamente eficaz frente a los patógenos, logrando una disminución significativa de la transmisión de enfermedades.
A disposición del personal sanitario y de emergencias
Los nuevos recubrimientos antimicrobianos, desarrollados a partir de extractos botánicos que se han obtenido a través de la biotecnología, se aplicarán tanto a textiles para la confección de mascarillas como a láminas de plástico con las que se fabricarán pantallas de protección facial. Dos sistemas de prevención mejorados que reforzarán la seguridad de los servicios sanitarios y de emergencias y ampliarán las opciones de protección de la población en situaciones de pandemia.
Para el desarrollo de estas soluciones biotecnológicas, Lamberti, especializada en recubrimientos químicos, cuenta con el respaldo de ADM Biópolis, que analizará las capacidades antimicrobianas de estos aditivos y acometerá los preceptivos ensayos de toxicidad. Por su parte, Aimplas y Airnatech contribuirán, respectivamente, al desarrollo de materiales plásticos antimicrobianos y a la incorporación de estos nuevos aditivos a las mascarillas. La efectividad de los compuestos en un entorno sanitario real se pondrá a prueba en el Hospital La Fe de València, gracias a la contribución del IIS La Fe.
Al respecto, el vicepresidente ejecutivo de la Agència, Andrés García Reche, ha destacado la importancia de la cooperación entre los agentes del sistema de innovación como vía para hacer frente a desafíos de gran calado como, por ejemplo, la protección contra virus y bacterias: «Si algo nos ha demostrado esta pandemia es la necesidad de innovar y consolidar un sector sanitario sólido y creativo, que no solo nos aporte autonomía frente a los fabricantes radicados en el exterior, sino que, además, permita a nuestras empresas competir con las grandes firmas internacionales».
«Contamos con un gran potencial científico y tecnológico focalizado en la salud, que hemos de ser capaces de transferir a nuestro tejido productivo. Proyectos estratégicos como el presente constituyen una oportunidad única para avanzar en esta dirección», ha continuado.
El proyecto se alinea con la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, y que recoge como uno de los objetivos prioritarios la «promoción de la salud y sanidad eficiente».
Del mismo modo, la iniciativa también conecta con las conclusiones del Comité Estratégico en Innovación Especializado (CEIE) en Emergencias, órgano asesor de la AVI que orienta las prioridades de innovación en este ámbito. De hecho, las personas especialistas de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado que forman parte de este equipo multidisciplinar instan específicamente a mejorar las propiedades de los equipos de protección individual (EPIs), usadas por los equipos de emergencias.