Continúa inactivo el volcán de La Palma

Los expertos afirman que cabe la posibilidad de que el volcán de Cumbre Vieja llegue a su fin

Con cada vez menos temblores y terremotos muy débiles, el volcán Cumbre Vieja de La Palma parece haber cesado desde que comenzó la erupción el pasado 19 de septiembre. Desde el lunes, día 13 de diciembre poco después de las 21:30, el volcán expulsaba cada vez menos lava y desde ese momento ha remitido considerablemente. Aunque todo apunta a que el horror casi está por terminar, los expertos señalan que para dar por finalizada la erupción habrá que esperar “al menos una semana con esta inactividad”, apuntaba en este caso el coordinador de Involcan, Nemesio Pérez.

El vulcanólogo Vicente Soler del Consejo Superior de Investigaciones Científicas sostuvo en la televisión canaria que el parón apuntaba a un claro principio del fin del proceso eruptivo. “Yo creo que es la definitiva y la reactivación parece ser improbable”, aseguraba el experto que, al mismo tiempo, puntualizaba que en caso de se reactivara sería un incremento bastante débil respecto a lo que estábamos acostumbrados las últimas semanas.

La emisión de dióxido de azufre (SO2) y el tremor son los dos indicadores más fiables para pronosticar la evolución de una erupción volcánica, puesto que el territorio de La Palma se ha desplomado hasta cien toneladas una barrera estimada como tope mínimo para empezar a considerar la posibilidad de que el volcán esté dando sus últimas señales de actividad.

Por el contrario, uno de los signos negativos se debe a los efectos de la ceniza volcánica que por la gran cantidad que se detectaba en el aire, se cancelaron todos los vuelos previstos durante el día y operaciones interinsulares, menos dos conexiones con Madrid. Ha sido a partir de hoy, cuando han vuelto a retomarse los vuelos con normalidad y se han registrado un total de ocho.

Desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre y hasta el pasado lunes, no se habían dado síntomas y parámetros tan esperanzadores como los de esta semana. Así como por la estabilidad en la deformación del terreno, un aporte de lava debilitado, una considerable remisión del tremor y con bajos niveles de sismicidad.

En relación a los pequeños aportes de lava, se dirigen por el suroeste de la erupción hacia la colada 9 con pequeños derrames por encima de la montaña de Cogote y sin causar nuevos daños al medio ambiente ni a los ciudadanos.

Artículo: María Vecina / AFPRESS

Fotografías: Miguel Calero, Borja Suárez y Nobbot