25N | Nada que celebrar
El camino hacia la igualdad queda lejos y sigue celebrándose un día que jamás debería haber existido. El mundo se para un instante este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y se contabilizan ya 1.118 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en España desde que comenzó el recuento de esta realidad en el año 2003. Actualmente, son 70 los asesinatos y feminicidios en lo que llevamos de año. La violencia sexual se ejerce en el 97% de los casos hacia ellas en la edad adulta y entre los menores, el 68% son niñas. Además, según señalan muchos casos con sentencia del Supremo, en 2020 han participado en la violación varios agresores.
El tráfico de mujeres y la pornografía se ha convertido en una fuente de ingresos abismal en los últimos años que afecta directamente a las mujeres por una precariedad laboral palpable recurriendo a la prostitución, en muchas ocasiones, como única alternativa. La pobreza tiene nombre y rostro de mujer. Los contratos parciales son en su mayoría de mujeres que inciden de manera negativa en las cotizaciones de la seguridad social y que repercute en las futuras pensiones y prestaciones.
Los jóvenes normalizan la cultura de la violencia y consumen contenidos que alientan a la devaluación moral y física de las mujeres llevándolo a la vida diaria y reproduciéndolo en sus propias relaciones. No hay una educación sexual en las aulas, ni tampoco una concienciación prolongada del respeto y la igualdad como materia en la etapa educativa de los alumnos. El patriarcado sigue haciendo sombra en la sociedad y la justicia ha demostrado la incompetencia de su labor donde en sentencias como la de Juana Rivas el Tribunal Supremo se opone al indulto. También casos como el de María Sevilla o María Salmerón, a quienes la justicia ha denegado el recurso de casación.
La política y la extrema derecha sigue negando la realidad que las mujeres viven cada día en los espacios públicos y privados. Niegan la violencia machista, condenan al movimiento feminista recalcando la idea de que la violencia no tiene género y restando importancia a los hechos más visibles que es, que nos están matando. Señalan que las mujeres deben ser relegadas a la vida privada, a los espacios sin discurso ni voto, al cuidado de los demás, enmiendan las leyes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género y no respetan a las mujeres capaces de tener el control de su cuerpo y sus vidas.
Son muchas las ciudades que hoy visibilizan este día y recuerdan a todas aquellas que ya no tienen voz y que ya no están. No hay nada que celebrar, sino que denunciar un año más todos los asesinatos y persecuciones que parecen no cesar nunca. Los colectivos de mujeres feministas salen a las calles para reivindicar que no puede continuar esta persecución y menosprecio constante contra aquellas que son la mitad de la población y que merecen como seres humanos, no solo los mismos derechos y libertades, sino también respeto y diligencia.
Son al menos siete las comunidades autónomas que hoy marchan en las manifestaciones del 25 de noviembre: Baleares, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia, Murcia y Navarra. En el caso de la Comunidad Valenciana, el movimiento feminista ha llamado a los ciudadanos a manifestarse en una marcha que comienza a las 19:00 y que recorrerá las calles de sus respectivas ciudades en Castellón, Valencia y Alicante.
Ante la opresión, se lanzan gritos de: “¡Basta!”. Y se exige un cambio en la concienciación cívica y en las instituciones que, supuestamente deben protegernos. La escritora y feminista egipcia Nawal El Saadawi ya lo decía: “No hay nada más peligroso que la verdad en un mundo que miente”. Y el nuestro, ha mentido durante mucho tiempo.
Artículo: María Vecina / AFPRESS
Fotografías: Arancha Ríos, LP.ES y casares.es
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