El Mar Menor atraviesa una crisis peor que la de 2019
La aparición de decenas de miles de peces muertos cubriendo varios metros de agua en distintos arenales de la Región confirma los peores temores de científicos, ecologistas y vecinos
Lo que está ocurriendo en la zona del centro y sur del Mar Menor ahora es mucho más grave en extensión que lo que ocurrió en 2019, aunque aún no afecta a peces tan grandes como entonces». Así lo explicó ayer el director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), Pedro García, quien calificó de «bofetón de la naturaleza a la Comunidad Autónoma» las dramáticas imágenes con decenas de miles de peces muertos cubriendo metros de playa en diversos arenales del Mar Menor.
Desde primera hora de la mañana, decenas de vecinos se acercaron a la zona de La Gola para comprobar con sus propios ojos el desastre. Miles de peces habían muerto asfixiados tras intentar acercarse a la orilla o alcanzar el Mediterráneo.
La marea replicó estas escenas poco después en otras playas de la zona en las que un manto de peces muertos cubría el agua mientras los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente trataban de limpiar la orilla sin dar abasto.
Mientras que en los primeros días desde que el lunes aparecieran miles de ejemplares muertos los peces que se encontraban eran de pequeño tamaño, con el paso de las horas los cadáveres que han ido acumulándose en el agua son cada vez mayores. «Ya hemos visto lenguados, sargos, incluso una red de protección de playas llena de cangrejos azules boqueando», lamenta García, quien criticó duramente ayer las palabras del Gobierno regional y del Comité Científico del Mar Menor, que apuntaban a principios de semana que el episodio del lunes «era una mortalidad puntual y no anoxia, pero la realidad es otra: se mueren de asfixia a miles».
El director de ANSE considera que lo sucedido ayer «es muchísimo más grave que la suma de lo ocurrido los días anteriores» y señala a los miles de peces que se acumulaban ayer en el canal de Marchamalo como las siguientes víctimas que aparecerán en los próximos días muertas en la orilla de las playas.
«Puede extenderse en días»
El portavoz de la plataforma Pacto por el Mar Menor, Ramón Pagán, avanzó ayer que «el Mar Menor es ahora mismo una bomba». Destacó que la gran cantidad de biomasa en descomposición en la laguna, «robando oxígeno del agua en el proceso, puede hacer que las bolsas de anoxia se extiendan en días por el resto del Mar Menor».
Tras años de activismo y denuncia para proteger la laguna, Pagán lo tiene claro: «Reconocer la anoxia es reconocer la contaminación de la laguna por fertilizantes. El Gobierno regional sabe que la responsabilidad es suya, tiene la competencia de Medio Ambiente, pero han estado 27 años mirando a otro lado, por eso no aceptan lo que está pasando».
Además, señala a las multinacionales dedicadas a la agroindustria en el Campo de Cartagena como el principal problema al que la Comunidad no parece querer poner límites. «Mientras, los vecinos de Los Urrutias y Los Nietos están llorando porque se les está muriendo el Mar Menor, están perdiendo su medio de vida y ven como se está convirtiendo en un vertedero», denuncia Pagán.
Las soluciones no pueden llegar rápido. En eso coinciden tanto ecologistas como científicos. El catedrático de Ecología de la UMU Ángel Pérez Ruzafa lamentó ayer que se haya vuelto a dar lugar a esta situación, «que por esperada no es menos dolorosa». «Las soluciones deben ser estables y que den control sobre la gestión del agua. No hay soluciones rápidas, son a largo plazo y se necesita de la ayuda del Estado».
Pérez Ruzafa vaticinó ayer que las bolsas de agua con falta de oxígeno irán aumentando de tamaño si continúan los vertidos desde la rambla y el freático. «Si estuviéramos a mediados de septiembre diría que va a soplar el viento y mejorará el panorama, pero tenemos mucho verano por delante y hay que asumir que seguirá pasando y cada vez con mayor gravedad».
A merced del viento
Hasta los más prudentes y optimistas han visto durante los últimos días cómo la situación del ecosistema iba empeorando por horas. El incremento de las temperaturas del fin de semana; los vertidos desde la rambla del Albujón, que no cesan; y el viento complicarán aún más el escenario en la laguna.
«Lo que viene por delante va a depender de qué quede vivo», señaló Pedro García, de Anse. En las últimas inmersiones que realizaron ayer desde la Asociación advirtieron de que hay una pérdida muy grande de densidad de caulerpa, hay fondos ya sin caracolas ni peces. Hemos visto grandes extensiones de fango e importantes cantidades de fitoplancton muriendo. Ante tal escenario la falta de oxígeno va a continuar, según señala. «Dependerá de por dónde sople el viento. Si no sopla el suficiente para oxigenar un poco, no es descabellado que lo que está ocurriendo en la zona central de la cubeta pueda pasar en la zona norte si cambia la dirección y que los próximos días la mortalidad pueda empezar a llegar a las áreas de Santiago de la Ribera o Villananitos», explica García.
Desde Pacto por el Mar Menor y ANSE reclamaron ayer al Gobierno autonómico que deje de mirar hacia otro lado. «Qué tiene que pasar en esta región para que los gestores realmente se preocupen de las competencias que tienen. Ya son muchos años de desesperanza y cansancio».
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Fuente.: laopiniondemurcia.es