Remdesivir: la vida real confirma que reduce la mortalidad y sugiere beneficio en la UCI
El único antiviral específicamente indicado para la covid-19 confirma su impacto en la mortalidad de los pacientes afectados por el coronavirus
Los resultados aportados por tres estudios observacionales confirman que la administración del antiviral remdesivir reduce la mortalidad en pacientes con covid-19 ingresados en el hospital que necesitan bajo flujo de oxígeno. “En estos enfermos hay una disminución estadísticamente significativa de la mortalidad. Los pacientes en los que se indica remdesivir no solo se curan antes, además fallecen menos. Se constata en los diferentes estudios, y de hecho, un metanálisis que estamos ultimando aporta resultados similares”, dice Roger Paredes, jefe de la Sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol, en Barcelona.
Los tres análisis de vida real recogen información de un total de 98.654 pacientes hospitalizados con covid-19, según se presentó en el World Microbe Forum (WMF), y en todos se constata ese beneficio, así como la probabilidad de acortar el tiempo hasta el alta hospitalaria.
Pero, además, Paredes subraya otro hallazgo importante, más novedoso: “En algunos de esos trabajos, se ha visto una tendencia de descenso de mortalidad en pacientes más graves, que estaban en la UCI o que han necesitado ECMO”, algo que no se pudo constatar en los resultados del estudio pivotal que llevó a la aprobación del fármaco (ACTT-1, promovido por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los NIH estadounidenses) por el escaso número incluido de este tipo de pacientes. “Los nuevos datos refuerzan la idea de que se necesitan más ensayos específicos sobre la administración del remdesivir en la UCI”.
Nuevo estudio internacional en críticos
Para ello, el especialista en Enfermedades Infecciosas coordina en España un estudio multicéntrico internacional, denominado Tesico y promovido por los NIH, donde se analizarán a pacientes ingresados en unidades de críticos y semicríticos, que necesitan oxígeno de alto flujo o intubación.
El ensayo controlado randomizado comparará placebo frente a remdesivir o frente a aviptadil -una forma sintética de humano polipéptido intestinal vasoactivo- y frente a la combinación de estos dos fármacos. “Analizamos un antiviral, remdesivir, con otro tipo de fármaco, aviptadil, del que se tienen datos preclínicos y en fases clínicas iniciales sobre su potencial terapéutico en el distrés respiratorio, al incrementar el surfactante en el pulmón y posiblemente, mejorar la ventilación”.
En el trabajo participan además de los hospitales Germans Trias, Vall d’Hebron y Clinic de Barcelona, el Hospital Gregorio Marañón, de Madrid.
El uso de remdesivir (Veklury, de Gilead) es dispar en nuestro medio, si bien está incluido en todas las guías clínicas de tratamiento de la covid-19. Los grupos que aún no lo administran de forma rutinaria a los pacientes que necesitan oxígeno en el ingreso argumentan que no hay una demostración clara del impacto en la mortalidad. “Ahora tenemos datos que así lo avalan y refuerzan la actuación de los que sí lo administramos”, afirma Paredes, además de contar con indicios sólidos sobre su utilidad en la UCI, “que es lo que queremos demostrar con nuestro nuevo estudio”; de ahí podría salir un nuevo estándar de tratamiento en pacientes críticos habida cuenta además del buen perfil de toxicidad del antiviral.
Replicación viral
Paredes destaca que el ensayo con anticuerpos monoclonales (AM) de Regeneron “nos ha enseñado que el hecho de que disminuyan la mortalidad en pacientes hospitalizados se debe a que el virus continúa replicándose. Al igual que remdesivir, o que la dexametasona, estos fármacos tienen un beneficio pequeño, pero necesario”. Y destaca el impacto clínico que puede alcanzarse con la posibilidad de administrar remdesivir y dexametasona, “que probablemente tienen beneficios aditivos y son poco tóxicos”, la de recurrir si hace falta al tocilizumab, y quizá contar con los AM en determinados pacientes. “La suma de todo ello podría reducir la mortalidad en los pacientes ingresados, que hasta ahora ha sido de un 10%. Con la nueva ola, habrá que ver si a la reducción de la mortalidad también contribuye el cambio en el perfil de edad de los pacientes hospitalizados”.
Los antivirales son necesarios, aun con la vacuna
Lo que resulta palmario es que la vacuna inoculada a gran parte de la población no nos libra de la necesidad de antivirales. “Ahora tenemos la prueba: seguirá habiendo personas inmunodeprimidas y brotes”.
En las próximas semanas, “tendremos datos sobre los AM que podrían conducir a una administración personalizada, añadida al tratamiento estándar del enfermo hospitalizado, en los casos en que no han logrado desarrollar anticuerpos”.
Todo ello sin perder de vista al tratamiento en la comunidad, para lo cual es determinante la vía de administración. Hay ensayos en marcha con un inhibidor de proteasa oral y se trabaja con versiones de remdesivir inhalado o como un profármaco oral, enumera Paredes. “Si los ambulatorios disponen de estos tratamientos, en una situación de brote, sería posible administrarlos al paciente positivo evitando las eventuales complicaciones y la transmisión del virus a los convivientes”.
Sonia Moreno
Fuente.: diariomedico.com
Debe estar conectado para enviar un comentario.