El Sahara, un territorio que continúa exigiendo su autodeterminación como pueblo
El Sahara Occidental es la última colonia del norte de África, calificado como uno de los 17 territorios no autónomos, bajo supervisión del comité de descolonización de Naciones Unidas. La región está dividida por un muro de más de 2000 kilómetros lleno de minas antipersonal.
En 1975 el pueblo saharaui fue invadido por Marruecos y Mauritania, los cuales estaban protegidos por un acuerdo internacional ilegal concertado por ambos países, junto con España. Este suceso fue provocado con la intención de negar al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación e independencia. Los representantes del pueblo saharaui, el Frente Polisario, iniciaron una guerra en el año 1975 contra la ocupación, con el fin de defender su derecho a la independencia. Tras la desvinculación de España en febrero de 1976, Mauritania y Marruecos se repartieron el territorio.
En 1991 se firma un Plan de Arreglo acordado por Marruecos y el Frente Polisario, y aprobado por Naciones Unidas, para llevar a cabo un referéndum para elegir entre la autodeterminación o la integración en Marruecos. Desde ese momento y hasta día de hoy, la monarquía marroquí ha obstaculizado la celebración de dicho referéndum. Lo que ha llevado a que muchos países se desentiendan de este suceso.
La violacion de los Derechos Humanos en el territorio saharaui es constante desde que Mauritania y Marruecos se partieron la región y España abandonase el acuerdo. La población que allí reside, es perseguida por el gobierno marroquí y están divididos en tres partes: la ciudadanía que vive en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos, aquellos que viven en la diáspora y los campamentos de Tinduf en Argelia.
Laura Higueras, periodista y colaboradora en el proyecto fotográfico y documental de los Campos de Refugiados de Tinduf estuvo 21 días conviviendo con familias saharauis y señala que: “Fue una de las experiencias más gratificantes y bonitas de mi vida. Desde que emprendí mi viaje, supe que tenía una segunda familia al otro lado del mundo”.
Los que viven en los territorios ocupados, llevan sufriendo vejaciones, palizas y violaciones desde el inicio del conflicto. Un informe de Reporteros Sin Fronteras afirma y denuncia que la vida de la población saharaui está continuamente en contacto con los malos tratos. Las persecuciones, el acoso, los sabotajes tecnológicos, los hostigamientos y las penas de cárcel en condiciones infrahumanas, son solo algunas de las negligencias humanitarias a las que están sometidos.
Jennifer Bernal, periodista y también colaboradora del proyecto en los campamentos de Tinduf, señala que las condiciones de vida en las que tienen que vivir el pueblo saharaui son completamente denigrantes. “La mayoría viven en la más absoluta pobreza y normalmente solo reciben ingresos si tienen la suerte de tener algún familiar o amigo que trabaje en Europa y les manden algo de dinero. Es realmente una situación muy complicada”.
La ocupación ha obligado a generaciones de saharauis a enfrentar la represión violenta, el desplazamiento prolongado y el exilio, la exclusión social y económica y la represión cultural. La generación actual de jóvenes saharauis nació en esta situación de ocupación y nunca ha podido disfrutar de sus derechos humanos universalmente reconocidos.
Entre las violaciones a los derechos humanos están los allanamientos en las viviendas de los saharauis, las desapariciones forzadas, las detenciones masivas y secuestros en centros clandestinos de detenciones y torturas hasta la muerte, asesinatos de familias enteras y agresiones sexuales. Los artículos que se han vulnerado de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 son:
- La discriminación de los saharauis por el hecho de serlo
- Injerencias en su vida privada, domicilio, familia y correspondencia
- La coartación del derecho a la libertad de movimiento, de asociación y de manifestación
- No tienen libertad de opinión ni de expresión
- Carecen del derecho a la educación
- No tienen derecho al trabajo e igual salario
El tema de la migración es uno de los objetivos que existe entre las familias saharauis. Un miembro de cada familia emigra a otros lugares en búsqueda de nuevas alternativas. Por otro lado, la identidad de las personas saharaui se ha ido enriqueciendo por el contacto que han tenido con otros pueblos. A pesar del refugio y la dispersión que existe tanto en sus ciudadanos como en los conflictos, su proyección internacional les redefine como un pueblo que jamás se ha rendido.
Artículo: María Vecina / AFPRESS
Fotografías: Azeddine Laghzaiel y Raouf Tedjani
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