César Manrique, mucho más que un artista
César Manrique (1919-1992) nació en Lanzarote. Pintor, escultor, arquitecto y artista multidisciplinar, estudió en Madrid y, tras varios años exponiendo por todo el mundo, vivió en los años 60 en Nueva York, la meca del arte por aquel entonces.
Dos años más tarde, regresa a Lanzarote para instalarse definitivamente en su isla natal. Es entonces cuando inicia su proyecto más personal y ambicioso: utilizar la propia isla como el lienzo medioambiental. El amor que sentía por su tierra y su arrolladora personalidad hicieron el resto. En 1978 le fue otorgado el Premio Mundial de Ecología y Turismo
La obra artística de César Manrique es muy amplia y de reconocida calidad, pero son sus intervenciones sobre el territorio las que ocupan un lugar más destacado. En todos ellas Manrique busca un diálogo extremadamente respetuoso y de integración con el medio natural.
Miradores, jardines, intervenciones en el litoral, centros culturales … La lista es interminable y apabulla por su originalidad y modernidad imperecedera. Presentes sobre todo en Lanzarote, también en Fuerteventura, Tenerife, La Gomera y El Hierro pueden admirarse estas características de su arte en centros y obras que llevan su firma y que no solo pueden visitarse sino también disfrutar de ellos.
Los Juguetes del viento de César Manrique en Lanzarote
Una parte importante de la escultura de César Manrique la constituyen los móviles, lo que él llamaba Juguete del viento. Son estructuras sólidas, pesadas, de hierro, compuestas de esferas, círculos, pirámides… Con el viento se vuelven etéreas, sin peso, y establecen un complicado movimiento rotatorio opuesto, interprenetándose. Sin duda había asociado su imagen con la de los molinos de viento, muy abundantes en Lanzarote en el pasado. Quería poblar aquella geografía con estas referencias sustitutorias, ante la lenta desaparición de los molinos. Sus planes incluían la instalación de Juguete del viento en diversos puntos estratégicos de toda la isla. En 1990 emplaza uno en Arrieta: una pesada y espectacular «veleta» de hierro pintada de color rojo que se mueve suavemente señalando la dirección del viento.
Dejó varios bocetos. Posteriormente los talleres del Cabildo de Lanzarote, donde fueron ejecutadas buena parte de sus anteriores esculturas, los han ido construyendo y emplazando por toda la isla.
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