Muere un inmigrante tras intentar saltar la valla de Melilla, solo 50 han podido acceder

Un inmigrante ha fallecido este jueves en el intento por parte de 300 subsaharianos de sobrepasar la frontera entre España y Marruecos saltando la valla de Melilla. En total han sido alrededor de 300 personas las que han intentado cruzar, según alega la Delegación del Gobierno en Melilla.

En torno a las 6:30h de la mañana, estas 300 personas han intentado acceder al otro lado por la zona que va entre Barrio Chino y V Pino hasta la ciudad de Melilla. Solo 50 han conseguido cruzar y el resto han sido interceptados y rechazados por las fuerzas de seguridad marroquíes.

Como consecuencia del salto y la altura de la valla, tres guardias civiles han quedado heridos y 8 inmigrantes presentan heridas de carácter leve. Uno de los agentes tiene el hombro dislocado, otro un corte en la zona de la cabeza, provocado por un objeto punzante y el último una bajada de azúcar. Por otro lado, los inmigrantes heridos únicamente han necesitado la atención médica a causa de magulladuras y golpes.

Respecto al fallecimiento de uno de los participantes en el intento de cruzar la valla, la Delegación del Gobierno afirma que su muerte ha sido por causas naturales y que se activaron los servicios de emergencia sanitarios en cuanto dieron el aviso. También acudieron los efectivos del 016 y la Cruz Roja. Según alegan varias fuentes, el inmigrante habría caído en el cauce de un arroyo desde una altura de al menos cuatro metros. Se le practicó la reanimación cardiopulmonar, aunque este acto, no fue suficiente para salvarle la vida. Poco después se certificó su fallecimiento.

Este último intentó, se trata de uno de los más numerosos de entrada de inmigrantes en España a través de la valla fronteriza de Melilla con Marruecos. El último asalto se produjo el pasado mes de abril, cuando otras 260 personas intentaron cruzar simultáneamente y, al igual que en esta ocasión, solo logrado su objetivo medio centenar.

Artículo: María Vecina / AFPRESS

Fotografías: Antonio Ruíz y F. G. Guerrero