La agricultura intensiva y productiva puede coexistir «perfectamente» con la fauna y la protección de la naturaleza
Madrid, 18 jun (EFE).- La agricultura intensiva y productiva puede coexistir «perfectamente» con la fauna y la protección de la naturaleza, según el jefe de relaciones institucionales y agricultura sostenible de la compañía Syngenta, Germán Canomanuel.
Así lo ha asegurado hoy durante el balance que ha hecho de los 10 años de la Operación Polinizador en el marco de las jornadas «Biodiversidad y agricultura, una alianza necesaria», un programa que está impulsando la biodiversidad a través de la población de insectos polinizadores en entornos agrarios.
Durante su intervención, ha defendido las rotaciones de los cultivos o los campos de varios cultivos para facilitar poblaciones «altas de biodiversidad» en el campo.
Canomanuel ha indicado que Syngenta se planteó lanzar esa Operación Polinizador ante la necesidad de compaginar el desarrollo de una agricultura «rentable, productiva y de calidad» con un «mejor uso» de los suelos, del agua y el cuidado de poblaciones como los polinizadores porque «la biodiversidad está disminuyendo» y hay «especies de insectos que están declinando tremendamente».
Según este experto, hay «muchas causas» que originan este problema, entre ellas, la contaminación industrial y urbana, la pérdida de hábitat naturales, prácticas agrícolas como los monocultivos, el cambio climático o el mal uso de los plaguicidas, aspecto este último que es «fundamental».
Canomanuel ha incidido en que la pérdida de biodiversidad es un asunto «muy serio» en el que «nos jugamos mucho» por lo que ve esencial programas como dicha Operación Polinizador ya que es la «única forma de poder hacer una agricultura intensiva, productiva y rentable».
El objetivo final, ha dicho, es conseguir «más y mejores alimentos, cuidando el suelo y los recursos naturales».
El vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del CSIC, Jesús Marco de Lucas, ha señalado que este centro investigador está poniendo énfasis en unir la investigación básica con las áreas agrícolas y de los recursos naturales.
En ese sentido, cree que la Operación Polinizador es «ejemplar» por tener en cuenta la rama de la investigación agraria con la del impulso de la biodiversidad.
Para De Lucas es «muy interesante» esa iniciativa que centra su trabajo en integrar en el borde de las parcelas de los cultivos (los linderos) espacios de floración que potencia la biodiversidad junto a la zona de producción agraria.
En la primera parte de la jornada, diversos expertos han explicado el desarrollo de los trabajos en estos diez años, como es el caso del experto del Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del CSIC, José Dorado, quien ha detallado cómo se seleccionaron las especies florales más idóneas para atraer insectos polinizadores a los linderos.
Dichos trabajos querían conseguir especies atractivas a los insectos, que se adaptasen bien a las condiciones ambientales de la zona, con un manejo agronómico sencillo, con semillas fáciles de comprar en el mercado y con facilidad para desarrollar mezclas florales.
En concreto, esa mezcla floral consiste en conseguir que las floraciones de las diferentes especies cultivadas se vayan sucediendo en el tiempo para potenciar el período de polinización, ha señalado.
Finalmente, ha dicho, las especies vegetales seleccionadas fueron leguminosas, umbelíferas, boragináceas o labiadas, entre otras.
Por su parte, la experta de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Elisa Viñuela, ha destacado la importancia de la polinización para la humanidad y ha recordado los datos de la FAO, según los cuales, más del 75 % de los cultivos alimentarios del planeta dependen en cierta medida de la polinización.
En su intervención, ha subrayado que los polinizadores necesitan hábitat grandes y sucesiones florales para subsistir pero actualmente hay pérdidas de estos por determinados usos agrícolas, por la creciente urbanización del terreno o por la polución.
Para revertir esa tendencia, ve relevante la Operación Polinización porque establece elementos «esenciales» como «márgenes funcionales» en los bordes de las parcelas que sirven para aumentar la biodiversidad en los cultivos.
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