Homenaje del Valencia C.F a los cien años de historia con un partido de leyendas
El pasado 18 de marzo, el Valencia C.F. empezaba una semana de homenajes para el club y todos sus jugadores, cien años de historia que culminaban ayer por todo lo alto con un partido de leyendas que se terminaría convirtiendo en una gran fiesta para los más de 40.000 aficionados que asistieron al evento.
La afición se agolpaba en las inmediaciones del estadio de Mestalla que tantas y tantas alegrías les ha brindado durante todos estos años, a la espera de la llegada de los jugadores. Dos autobuses cargados de grandes jugadores tanto como de la Selección Española de Fútbol Leyendas como las grandes estrellas pasadas del Valencia C.F. Durante la espera, aparecerían grandes conocidos como Españeta al que se le recibió con una gran y calurosa ovación, y otros ya estaban en el balcón de Mestalla como es el caso de Santiago Cañizares.
Los actos de celebración precederían al partido de leyendas, que fue uno de los actos más carismáticos del centenario del club valencianista.
Desde las gradas, llenas de amigos, familias al completo y una gran presencia de niños, se podían palpar las ganas y la emoción de los aficionados que asistían desde todos los rincones por empezar a ver a los míticos jugadores en el campo.
Una vez entrada la tarde, empezó el goteo de jugadores al campo portando los trofeos ganados durante los cien años de historia del club. Por desgracia, no todos pudieron ser portados por sus jugadores, ya que algunos han fallecido, pero en su caso, fueron llevados por los familiares. Una vez llegados a la década de los 50, es cuando las grandes leyendas empezaron a hacer acto de presencia en el estadio.
Sin duda alguna, uno de los momentos más emocionantes fue la salida de la bandera fundacional del club, portada por “El Matador” Mario Kempes, uno de los mejores jugadores que han pisado el club de Mestalla en la década de los setenta, consiguiendo los vítores y aplausos de la afición.
Una vez terminados los actos y fotos, era el momento del saque de honor del partido, saltaban al terreno de juego los capitanes Dani Parejo, Jaume Domenech, Mario Kempes y un pequeño vestido con el equipaje del Valencia, él era Omar Galiana, el jugador más joven de la Academia del Valencia. Un momento enternecedor y muy emocionante. El árbitro de la contienda hizo sonar el silbato, en ese momento, el querubín echó a correr con el balón en los pies, con clase y elegancia, hasta llegar a la portería donde marcó, llevándose una de las ovaciones más sonadas de la tarde en el estadio de Mestalla.
Cañizares puso el broche a una tarde única.
El esférico se puso en marcha. Era el momento de volver a disfrutar en el terreno de juego de grandes jugadores como el Claudio “Piojo” López (que aún mantenía sus arrancadas), “El punyal de Benicalap” Vicente (que demostró que aún era capaz de desbordar a un gran nivel) o los buenos cortes del Djukic. Unos salían del campo y otros entraban, como era el caso de Marchena, Mista, Albelda, Navarro, Farinós o Curro Torres, remplazando a Fernando, Arias, Subirats o Voro. Los “Che” de leyenda tuvieron claras ocasiones de gol, pero no fueron capaces de materializarlas, en cambio, las leyendas de la Selección Española encontraron el gol con una bonita vaselina de Catanha tras un gran pase interior del Lobo Carrasco.
En la segunda mitad de encuentro, sin duda alguna el gran protagonista fue César Sánchez. Detuvo un penalti a Juan Sánchez y además paró en más de una ocasión las embestidas de Di Vaio, lo que despertó al público, que empezó a corear “César déjate” sacando las carcajadas del portero y los allí presentes. Minutos más tarde, llegaría el golazo de la tarde por parte de De la Red, que enganchaba una volea tras un centro medido de Víctor Sánchez del amo, para batir a Rangel.
El estadio entero disfrutaba, y Mestalla empezó a encender las luces de sus teléfonos con la puesta de sol, pero aún había que celebrar un gol. César, haciendo honor a sus colores, le “regalaba” el balón a Rufete y este sin pensárselo dos veces, se lo cedió a Di Vaio, que cruzaba la pelota para anotar y desatar la ovación de la grada Valencianista.
Sin embargo, el momento de más emoción y posiblemente de llantos de toda la tarde, no fue una acción con el balón en los pies, ni una jugada del Kily, fue la entrada al campo de Sati Cañizares, que días antes, ya había anunciado su intención de no participar en el partido, pero sí en los actos. De este modo, rompiendo su palabra, saltaba al terreno de juego y Mestalla recibía al que sin duda es considerado por muchos uno de los jugadores más emblemáticos en los cien años de historia del club. Poco más quedaba de partido, pero Catanha, volvía a aparecer para poner el definitivo 1-3 en el marcador.
Una vez finalizado el encuentro, el festejo culminaba con las luces apagadas, el Himno Regional de la Comunitat Valenciana (que tantas y tantas tardes ha sonado y sonará en Mestalla) y el lanzamiento de fuegos artificiales para dejar así, una de las imágenes más preciosas que recordarán los allí presentes. Una vez terminados los fuegos artificiales, los jugadores y leyendas del club le daban una vuelta al campo, repartiendo saludos y cariño a todos los aficionados, que, por una última vez, se volvieron a rendir ante sus aclamados jugadores.
Crónica: Miguel Mifsud / @A24Press / @MiguelMifPress
Fotografía: Miguel Mifsud
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